Cartas cruzadas, Markus Zusak

18.3.15

THE MESSENGER
Markus Zusak
384 páginas
Lumen, PRH
{goodreads}

Tuve mi segunda clase de filosofía el otro día (jueves 12) y estuvimos hablando de un filosofo que se llamaba Immanuel Kant. Dicho personaje jamás nunca en la vida salió de su pueblo, el tenía una particular e inquebrantable rutina. Se levantaba a cierta hora, salía de su casa y tomaba todos los días el mismo camino para ir y volver a su trabajo. Cuando las personas no sabían que hora era, veían a Kant y tenían una idea, pues él nunca iba atrasado ni tampoco adelantado. Ed Kennedy no aspira a ser un famoso filosofo de nuestro siglo, él solo estaba en el momento y lugar equivocado. ¿Por qué entonces, Azul, nos introduces el libro de esta forma? no podría decirlo con exactitud, pero me pareció un dato interesante.

Ed es un taxista menor de edad, vive solo, su madre lo odia, sus hermanos son profesionales y lee más de lo que debería. Juega cartas con sus amigos, Marv, Ritchie y Audrey, de quien, por cierto, ha estado enamorado desde hace muchos años. Su padre murió unos meses atrás y él se ha quedado con la custodia de Doorman, un apestoso perro al que le fascina el café.
No es gran cosa, pero supongo que es cierto eso de que las grandes cosas no son más que pequeñas cosas en las que uno se fija. 
No todos los días somos amenazados de muerte, y tampoco todos los días vemos como un ladrón fracasa intentando robar un banco de la forma más patética posible, pero hay una primera vez para todo. Realmente si había un qué en mencionar a Kant, y aunque es una comparación pobre, ambos vivían de rutinas. Ed, por supuesto, no iba a verse original haciendo eso, solo mediocre. Pero aquel día su vida comenzaría a cambiar, pues había detenido al ladrón de huir con el dinero del banco y se había transformado en el momentáneo héroe de la ciudad. Pero un gran poder conlleva una gran responsabilidad, dijo Spiderman. Como testigo debe ir al juicio del asaltante y este le amenaza, dejandole a nuestro protagonista una sensación de intranquilidad.

Un día, sin embargo, lejos de parecer inofensivo, recibe un naipe.
Un As, específicamente, que trae tres direcciones y la insinuación de que su deber es ir hacia ellas.

Es una experiencia increíble, desde el comienzo, que parte de manera simpática y curiosamente abrupta. Tenemos a este chico, Ed, de 19 años, un completo fracaso en la vida y el amor, pero vive con eso y no le pesa demasiado. Cuando decide responder al llamado del primer As (en orden) y visita el lugar, de inmediato entiende que hacer, pero se siente imposibilitado para actuar. ¿Quién elegiría a ese sujeto tan increíblemente común y corriente para actuar de superhéroe? y aquí comienza nuestra historia.

Me demoré bastante, más de lo que esperaba porque es un agrado total leer el libro, pero creo que para ser la primera vez fue una buena decisión (aunque era más involuntario que otra cosa). Es algo para pensar, mucho. El desarrollo de los párrafos es peculiar, tiene muchos puntos apartes y el narrador (Ed) plasma todo lo que se le pasa por la mente cuando está contando su historia, así que de alguna manera los capítulos se hacen cortísimos. Cada frase, cada oración, se me hacía la cosa más obvia del mundo, pero de alguna forma son detalles con los que vivimos a diario y a los que decidimos prestarle menos atención. Y de eso va un poco, de aquellas situaciones que ocurren en nuestras narices e ignoramos, entre otras tantas muchas más.
—¿Por qué yo? —le pregunto a Dios.
Dios no responde.
Me río y las estrellas me observan.
Me gusta estar vivo. 
No sé bien como expresar lo que me pasó con este libro, porque es de algún modo bastante sencillo, pero también resultaba profundo. Al menos eso fue para mí. Me transmitió una sensación de serenidad, de alegría, emotividad y orgullo. Es una lectura definitivamente no triste, y aunque por las últimas páginas me puse medio sentimental, es, creo yo, algo más personal.

No recomendaré el libro en esta ocasión, es esa clase de historias que debes recomendar a gente que conozcas (sí, me llegó cuatico) pero aconsejaré a aquellos que desean aventurarse leerlo con calma, o sea, sentarse y leerlo, con una taza de té, escuchando a música, que se yo; leerlo en serio. No siento que me haya cambiado la vida, pero el mensajero entrega un mensaje importante, que sabemos y que siempre está presente, pero a veces necesitamos recordarlo.
Azul

8 comentarios:

  1. Llevo mucho tiempo queriendo leer este libro, parece este tipo de historias que llegan muy directo. Gracias por la reseña y compartir la experiencia =) Me encantaron los personajes extras que agregaste, como Kant.
    Besos

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  2. Hola :) Lo tengo en la estantería esperándome, no creo que tarde mucho en leerlo. Espero que me guste tanto como a ti. Un besito ^^

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  3. La verdad es que de este autor sólo he leído La ladrona y me encantó tanto el argumento del libro como la prosa del autor. Estoy deseando leer algo más del autor y, francamente, me gustan bastante los libros que te hacen parar y sentarte a pensar sobre lo que estás leyendo así que me lo apunto.

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  4. ¡Hola! ^^
    Yo leí de este autor La ladrona de libros y me gustó mucho, pero no sé por qué este libro no me acaba de convencer.
    ¡Un besito!

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  5. Yo tengo pendiente leer La ladrona de libros, y si me gusta tal vez me animo a leer este. Gracias por la reseña^^
    Saludos.

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  6. Hola Azul!
    Leí La ladrona de libros y lo adore, por lo cual me encantaria leer algún otro libro del autor y más ahora que dices que no es un libro para cualquiera que hay que leerlo con calma, La conclusión a la que has llegado me llama mucho la atención.
    Cati-

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  7. Todavía no he podido leer nada del autor :/
    Tengo La ladrona de libros así que espero leerla pronto *-*
    Besoos infinitos~!

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  8. ¡Hola!
    Me dejaste con muchíiiisimas ganas de leer este libro y ver qué tal. La verdad es que me llama mucho la atención. Zusak escribe muy bien, así que seguro que este libro no estará nada mal.
    ¡Besotes!

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«Pues considero que aquella persona, caballero o señora, que no sabe apreciar el valor de una buena novela es completamente necio» Mr. Tilney.