Colores perdidos, el azul en las nubes

15.7.16


Hola, no andaba de parranda ni mucho menos.

Este año, como ya lo he dicho en otras entradas a manera de excusa, es mi último año escolar, y es bastante increíble para mí. Increíble de "para no creerlo", porque me cuesta asumir que esta etapa por fin se acaba.

En algún punto de mi vida me di cuenta de lo mucho que odio el colegio, por lo que en realidad esta situación de estar a punto de dejarlo atrás para siempre me tiene bastante contenta.

Y preocupada, por mi futuro sobre todo.

Quizá sepan o quizá no (si es que no son de Chile), que acá la educación superior (universitaria) no es gratuita. Existen becas, sí, beneficios que otorgan las mismas universidades y también otras que otorga el estado. Pero no son suficientes para que todos los que queremos estudiar lo hagamos de forma gratuita.

Por esta razón se supone que uno tiene que tener un buen rendimiento académico durante los últimos cuatro años y tener un buen resultado en la PSU, para tener más posibilidades de optar a estas becas y maravillosos (sarcasmo en su máximo sentido de la expresión) beneficios del maravilloso (nope) estado.

También está el tema de la PSU..., que es la prueba de selección universitaria. Una atrocidad supuestamente transitoria, que ha permanecido vigente desde el año 2003 hasta la fecha. Dichas pruebas (matemática, lenguaje, ciencias e historia) cuentan con 80 preguntas y de forma obligatoria se deben dar las de mate y lenguaje, más ciencias o historia a elección. Según el puntaje que ponderes con las tres pruebas rendidas, puedes postular a las universidades y/o carreras. Acá si quieres estudiar teatro o artes, y jamás fuiste bueno en matemática o ciencias, pues al estado le vale la gran; rindes las pruebas y ahí se decide tu futuro.

Dicen que no hay que tenerle miedo, pero me tiene bastante nerviosa. Porque después de darla, comienza mi vida como adulta, y no me siento preparada para ello.

Aunque estoy segura de lo que quiero estudiar, no sé en qué universidad hacerlo. Sólo hay dos lugares donde se imparte, una es cerca de donde vivo (con cerca quiero decir en mi región) y la otra es un poquitín mucho más lejos; o sea, implicaría irme a vivir a otro lugar. Y pues, jamás pensé que a mis 17 años tendría que tomar una decisión así. Siempre quise irme de mi casa y construir una vida nueva en otra parte, pero cuando por fin me vi enfrentada a esto, cuesta un poco hacerse a la idea de que está pasando.

Tampoco sé si estudiar el año que viene o tomármelo para disfrutar un poco de mi juventud. No hay apuro dicen, y es verdad; me siento demasiado joven como para estar tomando una decisión así cuando no es de vida o muerte. Quiero tener un año (por lo menos) para mí, para trabajar e ir al gimnasio, aprender a tejer, hacer yoga, qué se yo. Estar tranquila y sin presiones de qué es lo que viene el próximo mes. Quiero tener un poco de vida real, no aspiro ha hacer cosas increíbles, pero si puedo tener tiempo para aprender algo, aunque sea una cosa; será tiempo bien invertido.

Así ando, pensando mucho en mi futuro, aún no decido qué hacer; no sé como afectara a una posible beca el hecho de tomarme el año, si tendré menos beneficios estatales o si la universidad tiene restricciones al respecto.

Leí dos libros en junio (Pétalos para Darién y Te daría el mundo), y aún no he hecho reseñas, no he hecho casi nada. A penas si me leí esos libros, y es por lo mismo, el mes pasado fue de locos; con pruebas, trabajos y presentaciones casi todos los días, y yo, a diferencia de mucha gente, no puedo hacer tantas cosas a la vez, porque tengo pésima concentración y necesito tiempo para mí.

Ahora llevo una semana de mis vacaciones de invierno, he salido harto y leído menos de lo que me gustaría; por otro lado he visto un par de películas y comencé dos series (Mr. Robot y How I met your mother). Como estoy carente de entradas, porque no he hecho las reseñas, haré otros post livianitos para no abandonar el blog. Durante junio fue una misión imposible; y ni sé como me leí esos libros (es que estaban muy buenos).

Sí, esto es una explicación (pésima, sí, lo sé) de porqué he dejado el blog de lado, después de tenerlo (a mi parecer) tan activo. Espero que me comprendan (sé que lo harán) y me disculpen y no se vayan, además. Si algún día decido decir adiós a blogger, dejaré el post respectivo; pero no creo que pase en mucho tiempo.

Siento que este post está muy disperso, pero vomité mi excusa y pues ya.
Azul.

3 comentarios:

  1. en mi pais es peor aun, el estudio no es gratis aunque hay becas a las que acceder pero demostrando con buenas notas y estrato económico "bajo". enmi caso estudie con beca que debo pagar haciendo labor social y manteniendo buenas notas altas. No es gratis acá la verdad tampoco, aunque se presentan 44.000 estudiantes a mi universidad y solo pasan unos 4.000 XD que es por examen y yo lo tuve que presentar 7 veces.

    Creo que hay que estudiar para ese examen si alla es asi pero vamos que se puede

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  2. ¡Hola! Ah, tu entrada me ha hecho tener varios recuerdos, hace dos años estaba viviendo lo mismo. La verdad es que te entiendo porque es un período muy estresante, está el cerrar todo un ciclo y que te tiren de golpe a otro. Como en mi región no hay universidad siempre supe que iba a tener que irme (en realidad, desde básica nos enseñan que después de cuarto, queramos hacer lo que queramos, vamos a tener que irnos). Te voy a dar el consejo que me dio mi madre (porque a mí me pareció muy bueno y nadie más me lo dio): Nunca volverás a ser tan joven, haz lo que quieras. Sal, enójate, estrésate, ten miedo, ten rabia por lo injusto del proceso, riéte porque estás cansada de enojarte... Terminar cuarto no significa madurar de golpe, seguirás siendo una niña, seguirás cometiendo errores y seguirás aprendiendo.
    Sobre las becas, según tengo entendido existen dos a las que no podrías optar si decides tomarte el año, puedes preguntar a las mesas de ayuda, son muy serviciales. Por último, sobre lo de cuándo empezar, te diré mi experiencia personal. No quise tomarme el año porque me di cuenta que lo hacía porque tenía miedo, porque sentía que no estaba preparada (sorpresa, nunca lo estaría) y me aterraba la idea de crecer; así que me lancé, tomé mis cosas y me fui a Santiago, a más de 27 horas de viaje de mi casa, y aunque adoro a mis padres sé que no volveré a vivir con ellos y eso está bien para mí. Mi mejor amigo se tomó el año, porque sabía que tendría menos tiempo y tenía su lista de deseos, porque sentía que quería hacer un cierre a esa etapa de su vida, entro este año y no se arrepintió, ese año lo vivió como él deseaba. Hubiese sido un error que él hubiese empezado el año anterior del mismo modo que habría sido un error que yo me tomara el año. Analiza qué quieres hacer, discute con tu familia las opciones reales que tengas... Y recuerda que todo el mundo se puede equivocar. Que salgas del liceo no quiere decir que ahora cada decisión sea definitiva =)
    Me quedó enorme y pajero el comentario ^^' pero te mando toda la suerte del mundo

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  3. Oh, así suele ser. Mi último año de preparatoria también fue demasiado. Estrés por las calificaciones, aprovechar todo el tiempo con tus amigos y planear el futuro.
    No te preocupes, aquí seguiremos.
    Tu descansa en tus vacaciones y disfruta lo que te queda.

    abrazos ( de oso )

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«Pues considero que aquella persona, caballero o señora, que no sabe apreciar el valor de una buena novela es completamente necio» Mr. Tilney.