ALAS DE FUEGO
Laura Gallego García
251 páginas
Laberinto
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Ahriel es un ángel protector (guardián o custodio) enviado desde el reino de los cielos para proteger, enseñar y guiar a la reina Marla del pueblo de Karshia. Ella, como ser celestial, no ama ni odia, tampoco llora o ríe, porque es una criatura nacida solo para ver en blanco y negro, solo para reconocer el bien o el mal, su misión personal es saber siempre que hay que hacer y como solucionarlo, ella busca la justicia, la paz y el honor.
Todo va bien hasta que es traicionada por quienes ella más confiaba. Con las alas apresadas impidiéndole alzar el vuelo, Ahriel es enviada a la prisión de Gorlian (algo tan malo como ser enviado a Azkavan, pero es otro tipo de prisión). Allí, a ras de suelo tiene que aprender a vivir como humano, una criatura extraña para el ojo angelical, a la que deben proteger sin tocarlos. Se encuentra con viejos conocidos a quienes ella misma capturó para luego enviar allí y se asocia a Bran, un bandido al que condenaron a terminar sus días en la prisión. Sus sentimientos comienzan a aflorar y es incapaz de frenarlos (esto es sumamente tierno), el tiempo pasa mucho más rápido en Gorlian de lo que a ellos les gustaría. Mientras en Karshia pasan meses, en Gorlian el tiempo pasa por años. Sin embargo, el ángel posee el don de la eterna juventud y el tiempo no la cambia, pero si mata a quienes ella se ha permitido querer.