Ahriel es un ángel protector (guardián o custodio) enviado desde el reino de los cielos para proteger, enseñar y guiar a la reina Marla del pueblo de Karshia. Ella, como ser celestial, no ama ni odia, tampoco llora o ríe, porque es una criatura nacida solo para ver en blanco y negro, solo para reconocer el bien o el mal, su misión personal es saber siempre que hay que hacer y como solucionarlo, ella busca la justicia, la paz y el honor.
Todo va bien hasta que es traicionada por quienes ella más confiaba. Con las alas apresadas impidiéndole alzar el vuelo, Ahriel es enviada a la prisión de Gorlian (algo tan malo como ser enviado a Azkavan, pero es otro tipo de prisión). Allí, a ras de suelo tiene que aprender a vivir como humano, una criatura extraña para el ojo angelical, a la que deben proteger sin tocarlos. Se encuentra con viejos conocidos a quienes ella misma capturó para luego enviar allí y se asocia a Bran, un bandido al que condenaron a terminar sus días en la prisión. Sus sentimientos comienzan a aflorar y es incapaz de frenarlos (esto es sumamente tierno), el tiempo pasa mucho más rápido en Gorlian de lo que a ellos les gustaría. Mientras en Karshia pasan meses, en Gorlian el tiempo pasa por años. Sin embargo, el ángel posee el don de la eterna juventud y el tiempo no la cambia, pero si mata a quienes ella se ha permitido querer.
Ahriel ha perdido la esperanza de salir de ese lugar, ha perdido completamente todo lo que tuvo. Sus alas se han vuelto un peso muerto en su espalda y el artefacto que las contiene, y el que le produce un dolor brutal, se ha vuelto una parte más de ella. Su corazón se ha oscurecido y los ángeles le han dado la espalda mirándola con desprecio. No es un ángel, no es humana, ni demonio: se ha vuelto nada.
Pero los humanos no captaban los límites con tanta claridad y, por ello, su visión del mundo estaba llena de matices y de infinitos de gris. Los humanos podían buscar el bien, pero también sentirse atraídos por el mal.Por fin me di el tiempo de leer algo más de Laura García, en el colegio nos hicieron leer uno de sus textos: El rey errante y ha sido uno de mis libros escolares favoritos. Esta pequeña bilogía la conocí buscando libros al azar, la encontré hace casi un año y acabo de hacerme a la lectura.
Inmediatamente al comienzo del libro, mi imaginación me llevó a una era medieval, con reinos, príncipes y princesas caballeros, duelos sangrientos, y herreros forjando enormes espadas. No hay ni hadas ni duendes, pero no es difícil imaginarse uno que otro andando por ahí.
Sobre Ahriel, la protagonista, no se hace querer. Normalmente cuando se lee una novela cualquiera, los personajes despierta algún sentimiento, ya sea de admiración o irritación hacia el personaje principal, de ira hacia el villano o de ternura por el hermano menor de alguien, en fin ni Ahriel ni otro personaje me produjo eso, son completamente fríos. No sé si esto es bueno o malo, pero no influye demasiado en mi opinión respecto a la historia.
La trama atrapa desde el principio hasta el final, yo me lo leí en apenas unas horas. La historia es tan centrada, que no deja tiempo como para tenerle cariño a alguien, tal vez sentir a penas simpatía, pero básicamente esta novela se asemeja mucho a un cuento de reinos y guerras, pasa todo demasiado rápido.
¿Hay alguna enseñanza? Siempre la hay, y de aquí saqué la intención de la autora en tratar de decirnos que, como seres humanos, a diferencia de los ángeles y demonios, si tenemos la capacidad de elegir, de dudar y actuar como queramos. Tenemos la conciencia, cosa que ellos no poseen. Para estos seres, tan contrastados el uno del otro, sólo existe lo bueno y lo malo, ellos son el bando de lo bueno y lo malo y no dudan, como nosotros, de lo que son.
Narrador omnisciente y en algún punto de la historia las perspectivas cambian. Primero están con Ahriel y su amigo Bran y luego está Tobin, Sabina y Kendal. Hay antagonistas múltiples y héroes solo una, pero con buenos colaboradores. El vocabulario es de épocas pasadas pero no es difícil de entender.
El final de me dejó con la boca abierta y gritando por más; literal.
Creo que lo único malo fue la rapidez con la que se escribió todo. Siento que se le pudo dar más cuerda a la historia, pero se omitió y dejó con ganas de más detalles.
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«Pues considero que aquella persona, caballero o señora, que no sabe apreciar el valor de una buena novela es completamente necio» Mr. Tilney.