Los ojos de la muerte, Cristina Argibay Oujo

LOS OJOS DE LA MUERTE

Cristina Argibay Oujo

73 páginas

Auto-publicado

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La novela comienza con un Edgar apresurado pedaleando en bicicleta y un pequeño resumen de su obsesión con un tétrico y poco conocido artista; autor de las más terroríficas pinturas humanas jamás vistas.

Edgar es diabetico y a pesar de haber estado diez años lejos de su padre, ahora lo necesita para que lo ayude con la insulina de la que su, antes, madre se hacía cargo.

Basándome en el argumento de la historia, los temas que toca son: La familia, el arte y la locura, tres contrastes que no tienen sentido al nombrarlos ambiguamente, pero que la autora ha sabido unir muy bien a lo largo de la historia.

Las personas que no miran a los ojos posiblemente ni siquiera existen.

Antes de comenzar, quería darle gracias a Cristina por enviarme su historia para reseñarla, es la primera vez que tengo la oportunidad de hacer esto, así que me siento emocionada. Dije que lo haría ayer, pero no pude así que lamento la espera.

Y ahora, me iré de lleno contra esta intrigante historia.

Primera cosa que aclarar para aquellos a quien esta historia no les llama demasiado, y es que la sinopsis no dice realmente con que te encontrarás aquí más de lo absolutamente necesario. Todo comienza normalmente, y si no fuera por el titulo (que te hace una breve introducción misteriosa) al comienzo de la historia no sabrías en que género clasificar esta novela. Así que al principio nos encontramos con un estudiante de medicina relatando como y por qué se alejo de su padre. Todo marcha bien, no de manera normal, pero bien. Obviamente con estos datos ya se van haciendo la idea de que la relación padre-hijo, es más bien una no-relación-padre-hijo.

Chronos, es el nombre/seudónimo del autor de las maravillosas obras por las que Edgar está embelesado desde que apenas era un crío, se abstraía tanto en sus pinturas que tuvieron que tratarlo con psicólogos y alejarlo de cualquier tipo de expresión artística, aunque un talento oculto se escondía en lo más profundo de su ser. Me paro a felicitar la narración de la autora, porque es muy buena a la hora de convencer al lector de todo lo que el protagonista está sintiendo. Su pasión por las pinturas de de Chronos es fuera de lo normal, pero se va mostrando de a poco y es así como uno se da cuenta de que algo raro pasa en la cabeza de este chico. Critica: Faltó un poco más de conexiones; más adelante me explico.

La historia continua y conoce a Rebeca, la que parece ser la típica chica ruda del pueblo con su mirada de: chica difícil. Pero su personaje me sorprendió mucho, sobre todo cuando logra... por decirlo de alguna manera: desenvolverse.

Edgar y Rebeca comparten los mismos gustos respecto al arte, y él se siente inevitablemente atraído hacia la idea de que alguien más conozca a Chronos. Se ponen de acuerdo para ir a visitarlo a los confines del pueblo y hasta aquí les cuento porque el resto deben descubrirlo ustedes.

Daniela es un personaje bastante pequeño, así que no es de gran importancia nombrarlo durante la reseña.

Sentía aquel temor piadoso que un religioso proclama a Dios, el mismo que le hace suplicarle por un milagro, pero también culparlo de todo el dolor.

Lo especial de esta historia, que parece un poco nada al principio es particularmente la narración. Para Edgar, las obras de este pintor representaban todo lo que literalmente es el dolor, a él le fascinaba como Chronos podía capturar el sufrimiento de una mirada e imitarlo en un lienzo, esto lo mantenía en trances extraños y pensamientos bastante locos. De todas formas en algún rincón de su subconsciente, él sabía que algo andaba muy mal.

A esto también atribuye el nombre del titulo, y es que más que nada, eran los ojos de sus pinturas las que lo miraban con miseria en ellas, con miedo y toda clase de sentimientos aterradores.

Es una historia de terror por donde la mires, en las últimas páginas, de noche, sola y con un silencio casi total, esto me dejó temblando. Felicito una  vez más la narración y el vocabulario amplio de Cristina.

Ahora, me iré a la critica. Un error lo comente cualquiera, y la intención de mi reseña es simplemente ayudar. Cuando digo que faltaron conexiones, hablo de que de una escena a otra, habían espacios demasiado grandes para que fueran saltados. Al principio Edgar estaba bien y ya en la otra escena se volvía un completo demente, luego volvía a estar semi-cuerdo, y entonces estaba nuevamente pensando en Chronos de manera poco usual. Esto fue, creo, el único error detectable a gran escala. Probablemente fueron las prisas por la emoción de acabar la historia, pero una experiencia para la siguiente novela que la autora esté dispuesta a publicar. Un consejo más, es una posible portada diferente, porque la actual no dice mucho, y si hay una buena manera de capturar lectores, es con una portada intrigante.

El formato que elegí para leer fue pdf, el cual cuenta con 73 páginas, la nada misma, pero la letra bien apretada vuelve a la lectura un poco más larga de lo que parece. Es bastante rápida, pero esto no diré como un punto a favor, ya que, insisto, faltaron conexiones.

Sobre lo técnico, es una novela narrada en primera persona y nos encontramos con un personaje bastante intrigante y que a medida que pasan las páginas se vuelve todo un espécimen. El final me dejó media boquiabierta, ya que no me lo esperaba, pero... falto un poco más.

En fin, aquí encontrarás mucho terror y misterio, intriga ansiedad y un poco de parafernalia. No es nada paranormal, si no más bien morboso; pero a la medida. Espero que le den una oportunidad porque vale totalmente la pena, esta es la segunda novela de Cristina (creo), y a pesar de tener unos errores, para ser joven y aficionada, va por un excelente camino: el terror.