Oscar Wilde | 1890
248 páginas
Corona Boreales
Basil Hallaward, un reconocido pintor londinense, está en su salón con Lord Henry hablando sobre la vida. En el tema, repentina y desgraciadamente, para Basil, sale el nombre de Dorian Gray. Basil está haciendo un retrato, teniéndolo a él como modelo. Dorian llega, conoce a Lord Herny y ambos se hacen muy buenos amigos. Al acabar Basil su más grande obra, se la da a su nuevo dueño y este al contemplar su belleza siente una envidia del rostro que lo observa y en un arranque de frustración y furia ruega por algo de lo que más tarde se arrepentiría. El retrato comienza a sufrir todas las consecuencias de su falta de moralidad y el al darse cuenta comienza a aprovecharse de ello sin que nadie sepa de este extraño suceso, Dorian abusa de si mismo.
Cada uno somos nuestro propio demonio, y hacemos de este mundo nuestro propio infierno.
Tenía este libro hace mucho tiempo en mente, casi un año. Al principio tenia la intención de comprarlo, pero luego lo encontré en la biblioteca del colegio así que me lo conseguí ahí.
Está situado en Londres, por el 1800, por deducción, Dorian, al comienzo de libro, tenía 20 años de edad, con una belleza capaz de cautivar a cualquiera, encantador, inocente y muy influenciable. Basil es muy amable y agradable, de principio a fin. El tiene una devocion enorme hacia Dorian, lo quiere mucho. Harry, en cambio, quiere que Dorian sienta la misma devoción que siente el pintor por el joven, hacia él. Harry no me agrada para nada, tiene un pensamiento bastante machista y desconsiderado, lo tomé como la clase de hombre que lanza la piedra y esconde la mano, y aunque no sé si será así, esa impresión me dio. Un caballero bastante desagradable para el genero femenino y que no tiene una filosofía positiva de la vida. Son personajes bastantes llamativos sin embargo.
Un punto que encontré llamativo fue, además de la época en que fue escrito y descrito, el transcurso rápido del tiempo y el dramatismo exagerado. Creo que en otras novelas eso no se vería como se demostró en ésta. No me aburrí, tampoco dude si continuar su lectura, ni lancé el libro lejos.
Pero no todo es color de rosa. Lo malo: sentí que Wilde hizo demasiado alarde de sus conocimientos, lo que no está mal, pero debe hacerse en los momentos y espacios adecuados, no simplemente lanzaros en veinte hojas. Creo que hubo exceso de información y de ejemplos. Algo que no me gustó para nada fue la importancia que se le dio a Harry, teniendo en cuenta su personalidad agria y molesta, pero no habrá alguien que se meta en la cabeza de Wilde para entenderlo.
Alguna vez leí en un libro que hacía referencia al conocimiento de sus personajes de forma personal: El autor no tiene porque saber todo lo que sus personajes hacen, aunque resulte irónico, es completamente cierto. Me encanta que Wilde sepa mantenernos metidos en su lectura de la manera en que lo hace, como si viviéramos en ella y fuéramos observadores de lo que pasa, pero nada más.
Esta narrado en tercera persona y va de un personaje a otro, hay intermediarios y muchas palabras difíciles de reconocer, así que les recomiendo tener un diccionario cerca y un traductor francés-español.
Sobre la lección que deja, la cual es muy perceptible por cierto, al menos yo la tome de la siguiente manera: No puedes ocultar tus pecados en ninguna parte sin que te pesen a ti mismo. Aunque dejes a otros con tus cargas, la culpa es más fuerte que todo aquello, y aunque se diga lo contrario, en ocasiones, es demasiado tarde para cambiar.
Espero que disfruten la lectura, no es aburrida, como dije: Wilde sabe mantener el misterio. No es la mejor novela que he leído en mi vida, pero seguro que la vuelvo a leer en algún tiempo.
Azul
Excelente blog. :)
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